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Jonah Hill pierde 30 kilos

Los mismos kilos que quiero perder yo. 30. Pero yo soy un gañán y él tiene a su lado a gente que lleva toda la vida en un gimnasio y sabe cómo adelgazar.

Se ve que el actor Jonah Hill ha adelgazado 30 kilos a base de una dieta donde come mucha ensalada, sushi y salmón. No solo se ha ayudado de sus amigos Channing Tatum y The Rock, sino que también ha acudido a nutricionistas que le han hecho una dieta acorde a lo que él quería: beber cerveza. «Voy a perder peso, prometo comer más saludable y todo lo que haga falta, pero arréglatelas para que pueda beber cerveza». Es lo que le pidió a su nutricionista.

Jonah empezó a ir a correr tres días por semana, además de hacer flexiones y abdominales. Desconozco cuál fue su rutina y la manera como lo hizo, pero el joven quiere quitarse 40 kilos. Actualmente pesa 83 kilos y mide 1,70, aún le quedan 10 por bajar. Anteriormente intentó bajar de peso sin mucho éxito. Ahora parece que lo ha conseguido. Yo también lo conseguí una vez con la dieta Pronokal, bajé 23 kilos, pero luego en unos nueve meses los volví a coger todos. Hace poco, mientras estuve en la cárcel adelgacé casi 12 kilos, y ya los he vuelto a coger. Creo que lo más complicado es mantener el peso. Adelgazar, parece ser que no es demasiado complicado, solo se necesita fuerza de voluntad. El problema viene después, que si te pasas un poquito un día, y luego otro día, y otro, no te das cuenta y al final acabas donde habías empezado.

Toda esta experiencia de adelgazar me ha hecho ver que definitivamente la comida que comemos, es demasiado peligrosa y engórdante. Y que casi habría que comer como un monje Shaolin, o como un pollito. Y a mi es que me encanta comer, así que la cosa va a estar complicada me parece…

22 comentarios en “Jonah Hill pierde 30 kilos”

      1. ¿Mantener después? Es absurdo pensar que vas a mantener tu peso si haces una dieta y actividad física y cuando hayas conseguido tu objetivo vuelves a abusar de alimentos que no debes comer y dejas de moverte.

        El objetivo de toda persona en busca de la salud ha de ser perder grasa y ganar/mantener músculo.

        Lo más importante es la alimentación.

        Debes pensar en dos variables: calorías totales diarias y distribución de macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas).

        Calcula tus calorías de mantenimiento y redúcelas en un 15-20 %.

        En tu caso concreto, deberías distribuir los macros de esta forma:
        35 % de proteínas / 30 % de carbohidratos / 35 % de grasas (con alta actividad física).
        35 % de proteínas / 25 % de carbohidratos / 40 % de grasas (con baja actividad física).

        Las recomendaciones oficiales suelen animarnos a comer demasiado carbohidrato (50-55 % de las calorías totales). Es un error, especialmente en los casos de vida sedentaria, que son la mayoría. Por eso tenemos esta epidemia de obesidad, una enfermedad de la civilización. Para adelgazar debes reducirlos.

        La grasa está incorrectamente demonizada, por culpa de información antigua que seguimos arrastrando. El conocimiento científico va por delante de las costumbres y los mensajes que se lanzan desde ciertas fuentes. Y también va por delante de los consejos que dan algunos médicos (generalmente de edad avanzada). Come grasa de calidad a diario en la proporción adecuada: salmón, sardinas, caballas, frutos secos, aguacate, yema de huevo, aceite de oliva… Está demostrado que la grasa buena ayuda a adelgazar. Lo que nos hace acumular grasa en el cuerpo es el exceso de carbohidratos que no quemamos.

        Reduce los cereales. Prioriza proteínas, vegetales y frutas a los cereales. Tendemos a comer demasiadas harinas, demasiado pan, demasiada pasta. No es bueno abusar del trigo moderno. Que tus fuentes de almidón giren en torno a alimentos como patata, arroz, zanahoria, calabaza, quinoa, avena, guisantes…

        No comas alimentos industriales. Esto es fundamental. Limítate a comer comida de verdad. Reeduca tu paladar, acostúmbrate a disfrutar de los sabores de verdad, no al sabor de los productos hiperpalatables fabricados por marcas que se enriquecen a costa de tu salud. Tus comidas han de girar en torno a proteína de calidad (huevos, pescado, pollo, carne…), vegetales y frutas (prioriza las ácidas frente a las dulces). Calcula cantidades y ajústate a eso. No hay que pasar hambre nunca, pero sí hay que ser fuerte al principio, cuando tu cuerpo echa en falta el azúcar; hay estudios que prueban que se da un proceso de desintoxicación que comparte similitudes con dejar una droga. Supera esa barrera y sigue adelante.

        Aprende a cocinar si no sabes.

        Permítete una comida libre a la semana si te apetece, en la que comes lo que quieras pero más o menos ajustándote a las calorías, sin hacer un exceso enorme, y preferiblemente en la cena. Cuando estés «fit» tal vez puedas aumentar esto a dos o tres comidas semanales, pero no ahora.

        Y haz recargas de vez en cuando. En tu caso, cada 14-15 días para empezar. Esto significa que durante un día aumentas las calorías totales un 15-20 % por encima de tus calorías de mantenimiento. Mantienes la cantidad de proteína y subes principalmente la cantidad de carbohidrato, por lo que reduces un poco las grasas. Las recargas ayudan a subir la leptina, que cuando está muy baja puede generar un proceso de ralentización de grasa. Se trata de enviarle un mensaje al cuerpo de que todo está bien, que no está en un periodo de escasez y por lo tanto no debe almacenar grasa para sobrevivir. Los genes importan.

        En cuanto a la actividad física, para quemar grasa tienes dos vías (que, además, puedes alternar o combinar):

        1.- Actividad de baja intensidad y larga duración: caminar.
        2.- Actividad de alta intensidad y corta duración: entrenamiento por intervalos, sesiones HIIT, sprints, tabatas…

        Oblígate a caminar a diario 10.000 pasos o al menos camina una hora para empezar. Muévete todo lo que puedas, no menosprecies la capacidad de tu cuerpo de responder ante todo estímulo: usa las escaleras y no el ascensor, aparca más lejos o bájate una parada antes, camina mientras hablas por teléfono, intercala momentos de pie con los momentos sentado frente al ordenador en tu tiempo de trabajo…

        Por otro lado, es importante mantener o generar músculo. Cuanto más músculo tienes, más grasa quemas, con lo que ganar músculo (tendemos a perderlo con la edad) es invertir en salud. Eso no significa que debas perseguir el cuerpo de un culturista (que es un cuerpo antinatural). Simplemente, trabaja para desarrollar tu fuerza: flexiones, dominadas, sentadillas. Si le envías al cuerpo el mensaje de que necesita los músculos, se aferrará a ellos: no los catabolizará. Es lógica evolutiva. Hay multitud de programas con información fiable y probada con los que deberías tener resultados positivos.

        Hay que ser paciente, incluir semanas de descanso, en las que vuelves a comer en tus calorías de mantenimiento, porque es un proceso largo. Si quieres perder 30 kilos de grasa y perdieras 700 gramos a la semana (una buen ratio), necesitarías 42 semanas para alcanzar tu objetivo. Es algo psicológicamente duro, así que tómalo con calma. No te dejes engañar por remedios excesivamente rápidos. Haz un cambio en tu vida que de verdad merezca la pena.

        Duerme al menos 7 u 8 horas, e incluso más de vez en cuando si el cuerpo te lo pide. El descanso es una variable imprescindible. Las hormonas juegan un papel clave.

        Por último, has de entender todo esto como un estilo de vida que has de adquirir para siempre, no como algo que harás durante un tiempo. Querer dejar de comer pizzas y helados a diario para volver a comerlos a diario más adelante es engañarte a ti mismo y desaprovechar la oportunidad de tener mejor calidad de vida. Aprende a diferenciar la alimentación habitual, tu base, de las comidas ocasionales, que son las que te dan un extra de placer de vez en cuando. Si tienes hábitos saludables de alimentación, actividad física y descanso, tu cuerpo responderá de forma positiva. Si alcanzas tu objetivo de perder grasa y vuelves a tu estilo de vida antiguo, volverás a engordar.

  1. Faustino Alvarez

    Mira torbe, te vienes a vivir conmigo 3 meses y has perdido esos 30 kg, y sin pasar nada de hambre ni haciendo ejercicio a morir.

  2. Faustino Alvarez

    Mira torbe, te vienes a vivir conmigo 3 meses y has perdido esos 30 kg, y sin pasar nada de hambre ni haciendo ejercicio a morir.

  3. Torbe. Ya das pena con lo mismo siempre. Si no has perdido peso es porque no te da la gana. Es tan sencillo como comer menos y hacer ejercicio. Cuando veas lo sacrificado que es, se te quitarán las ganas de volver a tener sobrepeso. Lo demás son tonterías y escusas. Un saludo,

  4. Torbe. Ya das pena con lo mismo siempre. Si no has perdido peso es porque no te da la gana. Es tan sencillo como comer menos y hacer ejercicio. Cuando veas lo sacrificado que es, se te quitarán las ganas de volver a tener sobrepeso. Lo demás son tonterías y escusas. Un saludo,

  5. Torbe mi consejo es que te mentalices tio y sobre todo que te busques una motivación externa, búscate un buen training partner que te motive y entrene contigo… Yo con 18 años pesaba 109 kilos, ahora peso 80, no es cuestión de adelgazar y luego volver a comer a tope, es cuestión de aprender, habla todos los días con alguien de dieta y ejercicio e intenta amar lo que haces. A mi también me encanta comer a lo bestia pero hay que saber ponerse limites, ya no solo por tener sobrepeso, el exceso de azúcar a la larga puede producir distintos tipos de cáncer, diabetes y alzheimer… Yo si quieres te puedo ayudar, además tengo que hacer cardio ahora en verano.

  6. Torbe mi consejo es que te mentalices tio y sobre todo que te busques una motivación externa, búscate un buen training partner que te motive y entrene contigo… Yo con 18 años pesaba 109 kilos, ahora peso 80, no es cuestión de adelgazar y luego volver a comer a tope, es cuestión de aprender, habla todos los días con alguien de dieta y ejercicio e intenta amar lo que haces. A mi también me encanta comer a lo bestia pero hay que saber ponerse limites, ya no solo por tener sobrepeso, el exceso de azúcar a la larga puede producir distintos tipos de cáncer, diabetes y alzheimer… Yo si quieres te puedo ayudar, además tengo que hacer cardio ahora en verano.

  7. Partes de un concepto erróneo: dieta. No existe la dieta. Existe comer bien o comer mal. Tu comes mal. Si quieres adelgazar y mantenerte vas a tener que comer bien el resto de tu vida. Punto. No hay más. No hay magia ni trucos milagrosos ni gilipolleces varias que te montas. Como la estupidez de no comer hidratos por la noche. Eso es un mito. El comer bien (lo que tu llamas dieta) es para toda la vida. Ese pensamiento de «ahora adelgazo y luego puedo volver a comer lo que quiera» es una gilipollez condenada al fracaso.

  8. Partes de un concepto erróneo: dieta. No existe la dieta. Existe comer bien o comer mal. Tu comes mal. Si quieres adelgazar y mantenerte vas a tener que comer bien el resto de tu vida. Punto. No hay más. No hay magia ni trucos milagrosos ni gilipolleces varias que te montas. Como la estupidez de no comer hidratos por la noche. Eso es un mito. El comer bien (lo que tu llamas dieta) es para toda la vida. Ese pensamiento de «ahora adelgazo y luego puedo volver a comer lo que quiera» es una gilipollez condenada al fracaso.

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